UNO. Por correo
humano han llegado tres fanzines desde México: Kátharsis XXI, Metrópolis y Robots Confeti. En los tres participa
como compilador o editor o poeta: Luis Eduardo García, autor de
poemarios premiados, menciones en instituciones académicas y demás
cosas. Junto a ellos tengo dos fanzines de aquí, de Colombia. Un
fanzine de Damián Salguero llamado “apartado Isabel” y una
antología de poetas colombianos llamada Licorería Babel, prologada
por Juan Manuel Zermeño, mexicano (quien también participa en los fanzines ya mencionados), quien se atreve a hablar mucho de
poesía joven pero no de quienes prologa (lol).
DOS. La literatura
latinoamericana es bastante rica, mezclada de todo tipo de
referencia, inmersa en el lenguaje.Comparándola
con la de sus contemporáneos
norteamericanos o europeos. En estos fanzines, sobretodo, en
querer construir con el lenguaje algo que seria como el sueño
abducido por extraterrestres en una calle en que los yonkis no
reconocen si viven o mueren. Prevalece cierta forma de jugar con
el lenguaje, la rima o los versos con algún tipo de música, no muy
distinta a autores ya reconocido. Sin embargo hay cosas que
sobresalen. De ellas hablaremos.
TRES. De los autores
mexicanos tenemos a Xel-Ha López, que está allí entre el limite de
tradición y la "literatura alternativa", Luis Eduardo García que,
paradójicamente, es el poeta más “alt lit” que haya leído en
español, tiene su comparativo en, por ejemplo, Ana Carrete o Megan
Boyle. Damián Salguero, es explosivo en sus versos como en sus performance. Es editor de La silla renca. José Rengifo, un poeta del submundo de las ciudades, de
los rincones de la juventud de los que suelen omitirse.
CUATRO. Otros
autores colombianos que quizá puedan integrarse a esta lista serían:
Cesar Cano y David José Bolaños.
CINCO. El mexicano
Luis Eduardo García hace un buen trabajo en la edición y selección
de nuevos autores. La literatura como Internet provee un espacio para
todos. Si bien muchas de sus opiniones sobre autores jóvenes son de
un Chus Visor adolescente, si hay un trabajo que habla por él de
mejor forma. Y es de todos quien más se encuentra en Internet.
Algunos de los autores que tienen estos fanzines están en la red,
perdidos porque no se interesan por cuidar esos espacios, otros son
nuevos en ella (se animan a entrar ya que ven un grupo amplio d electores a los cuales llegar). Pero este es el gran problema de este tipo de
publicaciones; difícilmente hubiera podido acercarme a estos libros
de no ser por que alguien visitaba México y otro alguien decidió
regalarlos. O porque el amigo de un amigo dice en fb a otro amigo que
quizá a alguien le podrías vender una de las cincuenta copias de
su texto, como ha ocurrido con autores colombianos a los que llego
como andando por trochas en medio de las montañas. Muchos aprecian
esa nostalgia del papel, de los físico, de lo escaso y underground,
como si por ello fueran ya buenos. Como si lo que es muy leído o de
fácil acceso es malo y vacío. Hay autores en este país de los
cuales quisiera hablar, pero que prefieren no exponerse en internet
por miedo al plagio, a la lectura o a la banalización.
SEIS. Ni el papel ni
Internet hace autores. Los lectores, ellos, ¿quién lo sabe?, pero
mueven la obra, por lo menos. Así que pueden googlear alguno de
estos autores. Es difícil crear un panorama de, por ejemplo, la
literatura colombiana (ver aquí), cuando ni siquiera se puede tener
acceso a las publicaciones. Hay cantidad indefinida de premios
nacionales de poesía, de todos casi nada leemos. En México es un
tanto diferente, al parecer hay una actividad más intensa que es
producto de una inversión estatal en la cultura. Colombia está
lejos de eso. Pero este mal, la dicotomía de desprecio - amor, de
papel - internet, de alt lit - poetas serios, de chirris - hipster,
sólo responde a un deseo de diferenciarse del otro, pero está lejos
de ser un productor de literatura. Estaría mejor juntar manos, abrir
los espacios, y aprovecharlos cómo mejor vengan.
SIETE. Temo que eso
sucede en todas partes. De igual forma, autores que se dan a
conocer a través de Internet y que luego al llegar al papel critican todo de
otros autores que empezaron como este. Son cosas dificiles de entender. Y que de igual forma suceden en todas partes.
Podría ser todo distinto. Pero esto es una utopía.
OCHO. Se incrementa
el uso de e-zines, se envían unicamente por
correo electrónico o por suscripción paga o medios similares que no
son abiertos. Esto es una opción si lo que se quiere es simplemente
llegar a cierto público. O restringir la lectura; como se ha hecho
en los Tumblr con clave que se comparte en algunos foros o grupos de
amigos. Internet puede ser sinónimo de fácil acceso pero esto puede
limitarse. Al igual que las editoriales pueden saltar fronteras con
los e-book sin perder mucho. Y ambas cosas podrían llegar a ser
mecanismo de mercado. Pero esto es lo que disgusta a los artistas que
ven en la palabra un enemigo, cuando es lo que hacen todo el tiempo,
ni siquiera lo que es gratis y de libre acceso está libre de ello.
Ni lo exclusivo y cerrado. Te gusta comprar, compra. Te gusta lo
gratis, bajalos ilegalmente. Crees en la literatura libre, dejala
libre. Crees que los autores merecen algo, haz que suceda de ese
modo. Pero como reza el verso de Goldsmith: “Lo que no se comparte,
no existe”.
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