A
Noah Cicero quizá le sobran credenciales. Es uno de los autores nacidos de la
alt lit, que escribe con un minimalismo furioso e irónico. Juan Francisco Ferré dice de Noah al
hablar de la novela Pórtate bien, editada por Pálido fuego (que cuenta como
nació el grupo de literatura alternativa), que: "Cicero pertenece a una
generación de treintañeros veteranos de todas las guerras urbanas que sobreviven
sin escándalo entre las ruinas del sueño americano transfigurado en parque
temático de la anomia y la amnesia". Y lo es. Amores tiene una opinión similar al
poner a Cicero como heredero de Wallace y el relator de la sociedad
norteamericana actual. Pero volviendo a las palabras de Ferré, es precisamente
esto lo que leemos en Gaucho Bipolar, editado en Argentina por la Editorial
Gigante y traducido por Caterina Scicchitano (Be a body).
Gaucho
Bipolar es el viaje a través del propio Noah, autorreferenciandose en los
poemas, por el pensamiento Zen, por la meditación, por el pensamiento de las
culturas indoamericanas, por el cristianismo y la música. Todos estos
pensamientos se mezclan, no se oponen, se contestan y se dan la mano en medio
de la vida frustrada de Noah, quien sufre por encontrar estabilidad y por
superar el desamor.
En
una nota introductoria al poemario Cicero advierte:
Este libro de poema no dice nada sobre
la condicion humaine
es algo intimo.
Sin
duda lo es. Sin embargo, alcanza como nadie a dibujar la insatisfacción de una
persona que ha llegado a los treinta años sin lograr nada. Habla de su
generación de forma sincera; descubre los sentimientos, las dudas, los miedos y
tristezas del ser humano. Al hablar de sí mismo habla inevitablemente de lo
humano. Y de hecho, no entra en sentimentalismos inútiles, hay ironía y comedia
entre los versos. Que cuentan relaciones amorosas conflictivas,
frustración por no encontrar un trabajo, y por encontrarlo. La necesidad de
reflexionar, de encontrar un sentido. Tiene una dirección, no una meta pero
sí una dirección, escribe Cicero. Tiene constantes viajes al desierto, por
donde deambula, por donde vaga entregándose a la reflexión espiritual y
material. En el que Starbucks es tan amoroso como el Dios cristiano al
aceptarlos a todos en su regazo. Donde Dios y Satán hablan sobre Noah, donde
Buda y Dios ayudan (y castigan) a Noah.
Quizá
debamos entender esto: Noah es el nuevo Zaratustra. Noah es el nuevo Juan el
Bautista. Noah es el nuevo Buda.
Noah
parece un Gaucho salido del Martín Fierro. Un tipo que vaga de pueblo en
pueblo, volviendo al desierto siempre, adentrándose en él. Volviendo a la
ciudad para vivir epifanías en Wal-mart. La poesía de Noah es fría, trata de de
ser impersonal aunque hable de sí mismo. Versos cercanos a la prosa. Relatos
antes que imágenes poéticas. Se vive en medio de las ruinas del sueño
americano, quién necesita decir mentiras. Porque Noah vivió en 2014 en un
mundo donde la sinceridad era una adicción o la adicción era una sinceridad.
Drogas y verdad. Este tipo de frialdad, de desdoblamiento para reflexionar
sobre la propia existencia es lo que persiste en los escritores reciente
norteamericanos. Es autoficción pero sin sentimentalismos, es convertirse en el
ombligo del mundo sólo para hurgar en él y dar cuenta de que está lleno de
mugre. Es burlarse de tener los sueños rotos. Es encontrar satisfacción en no
sentir nada. Bipolaridad.
Cicero
en la revista digital ENCLAVE habla breve sobre lo
importante que es la música para él. Da una playlits de Bipolar Cowboy, que es el Gaucho
Bipolar, que hemos ampliado un poco aquí abajo. Una guitarra Martin acompaña al Noah,
una guitarra dejada por su mentor muerto de cáncer. Con la que sale al porche
de su casa y trata de tocar algunos acordes. Porque “Viste ese sonido que hace
Tina Turner /antes de cantar el coro en /”What's love got to do with it” //Soy
ese sonido”.
En
español se ha traducido de Noah Cicero las novelas "Pórtate Bien" (Pálido fuego), "Trabajá. Cuidá a tus hijos. Pagá tus
cuentas. Acatá la ley. Consumí" (Metalúcida), La
Guerra Humana (Dakota editora), de la que hicimos un comentario
anteriormente aquí. Esta es su primera colección de
poesía en español. Se pueden encontrar un par de poemas de Noah traducidos en Vanity Dust, un par de relatos
traducidos en los blogs de Caterina Scicchitano y Enrique Zamorano.